Provenientes del exitoso negocio Paizzako, reconocido por su innovadora pizza en cono, estos jóvenes demostraron su creatividad y dedicación desde el principio.

Gracias al éxito de Paizzako, tuvieron la oportunidad de participar en el Centro de Desarrollo Empresarial (CEDEZO), donde fortalecieron sus habilidades en la creación de empresas asociativas. Allí decidieron unirse como corporación para participar en la convocatoria de incubadora de empresas, Creame 2015. Con el objetivo de convertirse en la Unidad Productiva de Alimentos CUVT. Al año siguiente, continuaron el proceso de consolidación con Comfenalco, asegurando el capital necesario para iniciar y consolidar la corporación.

La corporación Una Vida Tranquila, no solo continuó ofreciendo sus productos bajo la marca Paizzako, sino que también se comprometió a suministrar materias primas para la misma, convirtiéndose así en un motor de empleo directo tanto para madres cabeza de familia como para jóvenes marginados por la sociedad. Además, se abrió las puertas como hospedaje para jóvenes extranjeros que intercambiaban su estadía por trabajo o conocimientos. 

Aprovechando el amplio espacio disponible, Una Vida Tranquila se convirtió en un punto de encuentro para académicos y amigos por igual. En este entorno colaborativo, los visitantes descubrían y compartían sus aptitudes y conocimientos con la comunidad, enriqueciendo así la vida socio-cultural de la corporación.